Las campañas publicitarias se ven en muchas ocasiones influenciadas por la época del año en las que se crean o a las que van dirigidas; esto ocurre, claro, por las características del producto y el carácter estacional de algunos de ellos, que se sabe tienen más demanda en unos meses del año que de otros. Piensa por ejemplo en las colecciones de moda de primavera y otoño, o en los aires acondicionados o ropa de abrigo: no hay duda de que resulta claro en qué época es conveniente lanzar esas campañas, ¿verdad?
Así que, a las puertas de la temporada veraniega, es buen momento no sólo para el comercio textil, sino para una serie de productos y servicios muy relacionados con la época estival. Por ejemplo, seguro que te has dado cuenta de que ahora aparecerán con mucha frecuencia ciertos comerciales, en sus diferentes modalidades, de clínicas estéticas, junto con toda una batería de técnicas de adelgazamiento para potenciar el culto al cuerpo y hacer que preferiblemente el público femenino se empiece a preocupar por su aspecto físico. Totalmente normal, por otra parte, ahora empezamos a quitarnos ropa, y la cultura de la estética se arraiga en nosotros mucho más cuando hay que enseñar carne.
Entre los servicios más demandados de estas clínicas de estética, se encuentra, cómo no, el relacionado con el aumento, y en ocasiones reducción, de los senos femeninos. Hubo una época en la que no había mujer que no soñara con ser una pechugona, y a ninguna le parecía que sus pechos eran lo suficientemente grandes, siempre querían más; sin embargo, la concienciación sobre un estilo de vida saludable las hizo ver que un tamaño de tetas enormes que excedía a la capacidad de su estructura física no era nada bueno, y las nuevas generaciones se inclinaron por otra clase de cirugías. Ahora, algunas mujeres están dispuestas a sacrificar la talla de su sujetador si a cambio sus senos parecen más redondos o erguidos, o si se pueden librar de algunos pequeños defectos como las estrías que causan el embarazo, la maternidad e incluso la edad.
Esto último, el ir cumpliendo años, se ha convertido en un factor decisivo a hora de hacer una cirugía de reconstrucción de senos. Los cambios en los pechos por la edad era algo que no preocupaba mucho a las mujeres hace unos años, pero ahora es diferente, pues saben que pueden tener solución. Cierto que es muy difícil evitarlos, no hay una forma segura de conseguir que no aparezcan, más allá de confiar en la genética; todo lo más, pueden retrasarse con algunas técnicas como la alimentación o la toma de algunos suplementos. Así, una vez que aparecen, son muchas las mujeres maduras que se lanzan a revertir los estragos del tiempo con cirugía.